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Las empresas de hoy en día se desarrollan en un ambiente altamente competitivo, en donde el más mínimo error o falta de consideración puede llevarla a perder miles de pesos e incluso a su quiebra. Ante este escenario, es imposible no pensar en los riesgos financieros a los que se está expuesto, pero una buena planeación permite su gestión.
Los riesgos financieros son acontecimientos adversos que tienen como consecuencia la afectación del flujo de efectivo o los márgenes de operación de un negocio. Entre los más comunes están: la volatilidad de la economía, la falta de pago de los clientes, amenazas de ciberseguridad, cambio en las políticas comerciales, por ejemplo.
Para las empresas resulta fundamental conocer los riesgos financieros potenciales a los que se enfrenta, el impacto y de que manera puede mitigarlos. Existen varios tipos de riesgos de este tipo pero de manera fundamental a los que se enfrentan las empresas son:
- Riesgos de crédito: se refieren al incumplimiento de pagos en tiempo y forma.
- Riesgos de liquidez: no es posible tener la liquidez necesaria para cumplir con las obligaciones.
- Riesgos de mercado: se refiere a la pérdida de valor de la cartera asociados al tipo de interés, los de tipo de cambio de divisas y de riesgos financieros que son los cambios de valor en los instrumentos financieros.
- Riesgo operacional: Son las pérdidas a las que se incurren por errores humanos y de proceso.
Hay un viejo refrán que dice que “El que no arriesga, no gana” esto aplica muy bien en los mercados, pero eso no significa que se deba tomar decisiones sin medir los riesgos o buscar instrumentos que permitan minimizar los efectos adversos que se puedan producir.
Una forma para atenuar los riesgos financieros es por medio de la transferencia del mismo a través de un instrumento muy conocido, pero poco usado por los negocios: el seguro. Al contratarlo es posible tener varias coberturas para los riesgos más comunes que se pudieran presentarse. Existen cobertura por robo de mercancía en su traslado, aseguramiento de maquinaría, hasta por catástrofes incendios o una inundación.
Existen otras coberturas de riesgo como aquellas destinadas a si tu negocio importa o exporta productos. Estos son los swaps o forwards, contratos establecidos para minimizar riesgos en los precios de los productos por efecto del tipo de cambio.
También están aquellas destinadas a garantizar las tasas de interés como el matching que previene como le afecta a la empresa las modificaciones en los precios de los activos y pasivos así como la reinversión de los activos y el repago de los pasivos a los nuevos tipos de interés.
Otra manera para evitar los riesgos es diversificar las inversiones. Se dice que no se debe poner todos los huevos en la misma canasta, que más vale diversificar y ser hasta un poco conservador.
Algunas veces esta forma de invertir puede ofrecer mayores beneficios que si se realizan inversiones más arriesgadas.
No hay que olvidar que todas las empresas son diferentes y por tanto no existe una estrategia única, la gestión de riesgos financieros dependerá enteramente de su estructura y su operación. Por lo que un análisis a fondo permitirá definir la estrategia a seguir que le será más óptima.
Así también, esta estrategia no deberá permanecer estática, sino deberá ser mejorada de manera continua para estar conforme al entorno cambiante en el que los negocios operan hoy en día,
En Premo una de nuestras principales premisas es ser tu aliado en la minimización del riesgo através de financiamiento con tasas fijas, cubriendo de esta manera la incertidumbre provocada por el entorno económico.
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Categorías: Administración Financiera